Diego Armando Maradona
fue un futbolista argentino, considerado por muchos como el mejor de la
historia, que falleció recientemente. El 1 de julio de 1984 Maradona fue
traspasado desde el F.C. Barcelona al Nápoles. Es difícil explicar qué efecto
tuvo ese traspaso y los años que jugó el argentino en el equipo en cada uno de
los habitantes de la ciudad, una ciudad deprimida por aquellos años y casi siempre menospreciada por sus vecinos.
Su figura se convirtió desde el principio en una a
la que adorar, una mezcla de divinidad y de santo profano. Además, el momento
álgido de su carrera se dio en esos años, durante su estancia en Nápoles, ya
que en el Mundial de Fútbol celebrado en México 86 dio lo mejor de sí mismo y
llevó al equipo de su país a conquistar la Copa del Mundo. Al año siguiente llevó al modesto Nápoles a lo más alto de su país.