En dos líneas vamos a quitarnos el engorro del argumento de "La zona de interés": sigue la vida diaria de Rudolf Höss (que no Hess) como Comandante de Auschwitz. Su casa es la antigua morada del comandante polaco del cuartel sobre el que se construyeron semejantes instalaciones. Tan solo los separa (a la vivienda y el campo de exterminio) un muro no lo suficientemente alto como para evitar la vista desde la primera planta.
A partir de ahí, señalar que "La zona de interés" muestra más escondiendo que enseñando. Con esto quiero decir que no se ve nada de lo que pasa al otro lado del muro (como si fuese el vacío, el negro absoluto), sino la vida cotidiana de una familia cuya vida está cerca de ser ideal: un jardín maravilloso, con incluso una piscina de la que puede disfrutar toda la familia, y un huerto con multitud de alimentos para llevar una vida sana y una alimentación orgánica. Una casa reconstruida con minuciosidad que fue el lugar ideal para criar sus hijos para Rudolph y Hedwig, su contenida (a veces), agradable y amable (a veces) esposa.