jueves, 13 de abril de 2023

Living

 

El Sr. Williams es el máximo responsable de uno de los departamentos del colosal ayuntamiento de Londres. Lo es desde hace mucho y tiempo y ahora, en mitad de la década de los 50, cuando el país todavía intenta curar las heridas de la mayor guerra vivida hasta ahora, el Sr. Williams se acerca a la edad de jubilación.

 

Si hubiese que describir su actitud sería la de un empecinado e inmóvil funcionario, incapaz de transgredir las normas ya sean escritas o no de comportamiento dentro del ayuntamiento. Aparte de eso, es una persona seca y cuya vida se limita a ir de su casa (donde vive con su hijo y su nuera) al trabajo, y viceversa. La relación con sus compañeros de trabajo, en su caso subordinados, es distante y prácticamente inexistente. La mejor definición de su vida la proporciona una joven y divertida empleada: lo conoce como el Sr. Zombi.

 

Una visita al médico tras unas molestias lo cambia todo: la terrible enfermedad que le diagnostican comprime su futuro a tan solo unos meses de vida. ¿Cómo consumir el tiempo que le queda en este planeta de la misma manera? Williams se da cuenta de que ha desperdiciado años, décadas, de una vida para la que no hay marcha atrás. Así que decide pasar sus últimos días, semanas o meses buscando lo que no ha obtenido en su existencia: el mayor número de instantes de felicidad. Pero... ¿Cómo la puede lograr alguien que  ha tenido la felicidad como una mera cautiva toda su vida?

 

Creo que hay que empezar por decir que “Living” es una buena película, y si digo que parece una película de los años cincuenta estoy halagándola. Y es que la ambientación es excelente. Por poner un ejemplo creo que los actores y las actrices aparecen caracterizados de una forma auténtica, al contrario de lo habitual. 

Su aspecto, sus peinados, vestuario y actitudes están lejos de parecer lo que suelen parecer en el cine de hoy día (actores con peinados y actitudes actuales disfrazados con la ropa que parece más antigua en una tienda de INDITEX). Así que tanto para apuntar a los productores.

 

Por otro lado, el guion es también de calidad, como lo eran en la época en la que está ambientada la película, en la que incluso se contrataba a premios Nobel de Literatura para la confección de los mismos. Y en “Living” decidieron hacer eso mismo: contrataron al premio Nobel Kazuo Ishiguro para escribirlo, o reescribirlo. Esto último necesita una explicación. Hay que remontarse a dos genios para ello.

 

Tolstoi escribió la novela corta “La muerte de Iván Ilich” en 1886, y se convirtió en una joya. Se basa en el diagnóstico terminal de Ilich, un alto funcionario, y principalmente sus pensamientos durante el periodo de convalecencia. Unas décadas después otro genio, Akira Kurosawa, que sentía adoración por el escritor, decidió tomar esa obra y adaptarla al Japón de la posguerra, y se tomó la libertad de cambiar el argumento (era poco cinematográfico el sufrimiento postrado del protagonista) y creó una historia que puede considerarse una de sus numerosas obras maestras. El título en España fue “Vivir”.

 

Ahora, casi setenta años después, Ishiguro decidió tomar no la obra de Tolstoi sino la obra de Kurosawa y adaptarla de forma bastante fiel, con la salvedad de la ambientación (de Japón a Londres) y de diversos cambios culturales que la hacen más entendible, más cercana. Creo que el resultado de todo el proceso es que Tolstoi creó una obra maestra, Kurosawa la moldeó para crear otra obra maestra diferente pero con el mismo espíritu e Ishiguro moldeó esta segunda para hacer su homenaje, y convertirlo en una buena película. 

Las tres son para disfrutar, cada una en su medida. La interpretación del protagonista Bill Nighy me parece brillante, y está muy inspirada (incluso la voz) en el protagonista de la versión de Kurosawa (Takashi Shimura su nombre y el de la película en su idioma "Ikiru"). 


“Living”, excelente.

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