lunes, 7 de agosto de 2023

La orquesta

 

En una orquesta han de convivir y ser coordinadas un buen puñado de personas. Cada una tiene su personalidad, es evidente, y encontrar el equilibrio entre tanta gente es difícil. Además, a las habituales envidias, chismes y rencillas que hay en un grupo normal de personas hay que sumar el en ocasiones desmedido ego que puede acompañar a los artistas.

 

La Orquesta Sinfónica de Copenhague contrata a un nuevo director adjunto, y nosotros lo acompañaremos en su primer día. Jeppe, el protagonista, es una persona discreta y apocada. Para ser sinceros,  parece que el manejar un grupo tan heterogéneo se le va a hacer una misión imposible. De momento ha de lidiar con Bo, segundo clarinetista, que ansía convertirse desde hace tiempo en el primer clarinetista.

 

Bo es una persona un tanto antisocial, con una dosis de amargura, que combina con una hostilidad permanente hacia todo el que tiene la mala suerte de tener que dirigirse a él (vamos, lo que de toda la vida hemos llamado “un **********”). Simon, sin embargo, es lo contrario a él. Simpático por interés (es una de sus herramientas laborales), popular y dedicado a cultivar su imagen y, sobre todo, a cultivar todas y cada una de las relaciones que le puedan ayudar a mantenerse en su puesto o incluso mejorar. Es la imagen del triunfador de la orquesta. De hecho es la imagen sexy de la orquesta en las revistas. Un hueso duro de roer.

 

La primera tarea de Jeppe será gestionar la dimisión de Simon, ese primer clarinetista, ya que ha aceptado otra oferta laboral. ¿Será Bo, que se siente mucho mejor músico que Simon, la persona elegida para ocupar su puesto? Veremos si Jeppe es capaz de elegir la opción idónea. Después de eso veremos cómo gestiona cada una de las incidencias que surgen en la orquesta (hay que recalcar que Jeppe es tan solo un gestor y que no tiene que ver con el aspecto musical) y cómo afectan a su vida personal. Además, ha de relacionarse cada vez más y sin desearlo con Bo, lo que genera situaciones cuando menos curiosas.

 

“La orquesta” es una serie de humor. Es un humor servido en dosis pequeñas y a veces sutiles pero bien aprovechable. La parte más acertada me parece que es la imagen que muestra de la sociedad actual, secuestrada por una política globalizadora a la que nadie es capaz de generar la mínima crítica por miedo a ser represaliado en lo que es la Nueva Inquisición: las redes sociales. El acierto al que me refiero es cómo presenta situaciones del todo ridículas sin necesidad de caricaturizarlas. Tan solo las presenta como pueden suceder.

 

Aparte de ese tono humorístico me parece una serie que va encontrando su sitio a medida que pasan los capítulos (de momento 10 de la primera temporada, y se esperan más). Quiero decir que no es la serie en la que todo encaja como si fuese un puzzle, sino que al principio presenta multitud de situaciones y se va centrando en las que parecen más aceptadas o más atractivas. Por cierto, la música tiene muy poco peso en la trama.

 

La serie prometía. El creador es el mismo que lanzó “Borgen”, una serie también danesa con mucho éxito basada en intrigas políticas que no tuve el placer de ver, pero sé que está muy recomendada. Digo que la serie prometía porque, en medio de un panel lleno de series sobre asesinos en serie, series políticas y de acción, siempre está bien encontrar otro tono más original y menos “enclichado”. Y lo que prometía lo ofrece. Vale la pena verla, porque se pasan buenos ratos. A la espera de la segunda temporada.

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