sábado, 15 de julio de 2023

Barbarroja

 

Estamos en los primeros años del siglo XIX y acompañamos a un recién licenciado médico. El joven acaba de regresar de su formación en Nagasaki, y de regreso a su pueblo se le presenta un prometedor futuro, ya que parece que sus primeros años serán acompañando al médico del Shogun de su población situada en las inmediaciones de Edo (el actual Tokio), para en cuanto pueda sustituirlo y lograr el mayor estatus social y económico al que puede aspirar. Sin embargo, siguiendo instrucciones ha de acudir a una clínica rural financiada por el gobierno en la que se pasa consulta y se atiende tanto a las personas que pueden pagarlo (no mucha cantidad) como a las que no. Como puedes imaginar, los medios son escasos.

 

Una vez en ella Yasumoto ha de visitar al director, el doctor Niida (Toshiro Mifune), hombre con tanta fama de arisco y malhumorado como de buen médico. Al acudir a la clínica pronto se da cuenta de que, lejos de ser una visita de cortesía, se trata de un período de formación concertado con el duro doctor que empieza el mismo día de la cita. Yasumoto reacciona airadamente a la que entiende como encerrona, en el lado opuesto del sueño que para él es la formación en la casa del Shogun.

 

Su intención es primero abandonar la clínica dejando atrás el compromiso adquirido y, al no poder llevar a cabo la huida, decide forzar su despido con una actitud pasiva y un tanto infantil. La arrogancia y desconfianza con la que se enfrenta a todo lo que se le pone por delante ha de ser manejada por el director de la clínica, conocido por todo el mundo como Barbarroja.

 

“Barbarroja” es una película de Akira Kurosawa, lo que es una garantía de calidad. No solo de calidad, sino de extrema calidad. A lo largo de mi vida he visto infinidad de películas, de diferentes calidades, y últimamente me decanto por seleccionar lo que visualizo (gracias al creador de Filmin por la oportunidad que nos da y desde aquí lo sugiero como posible Premio Príncipe de Asturias de la Cultura). A pesar de ello, me sorprende mucho que esta película no se encuentre entre los listados de mejores películas de la historia (el primero que he consultado contaba con 100 películas entre las que estaban muchas de superhéroes). Comprendo que el mercado estadounidense vende como puede su producto, pero ¿cómo es posible que, siendo aficionado al cine, no haya recibido decenas de recomendaciones para ver "Barbarroja”?

 

Desde aquí quiero remediar esa falta de recomendación: has de verla. En sus tres horas hay una lección de cine, y lo que es más importante, una inolvidable lección de vida, de valores, de vocación, de lo que importa… Aderezada con planos formalmente maravillosos (siempre me llama la atención cómo elige esos planos, que parecen un cuadro en ocasiones, y que incluso sacrifica las figuras humanas haciendo desaparecer sus cabezas hasta que encajan en el plano elegido), en un blanco y negro deslumbrante y con medios técnicos muy diferentes a los actuales (se estrenó en 1965 tras dos años de rodaje y resultó ser la última colaboración entre Kurosawa y un excelente Mifune) creo que nos ofrece un producto prácticamente redondo, muy sorprendente en su contenido y su continente, en el que hay sitio para un poco de todo (ten a mano un paquete de kleenex por si acaso).

 

Nunca me canso de repetir que en los clásicos hay calidad de sobra además de ser mucho más actuales de lo que pensamos. En esta película se encuentra calidad y una abrumadora crítica social que lejos de pasar de moda está más de actualidad que nunca, o mejor dicho que nunca ha dejado de estarlo. Yo no estoy capacitado para poner una nota a una película ni mucho menos, pero tan solo puedo decir que es una de las mejores que he visto en mi vida, y no han sido pocas. Imprescindible. No lo olvides: “Barbarroja” (el pirata no, el médico gruñón con un corazón puro).

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