domingo, 9 de julio de 2023

Empieza el baile


Carlos es argentino, y lleva viviendo en Madrid más de tres décadas, donde se ha hecho un hueco interpretando algún que otro papel. Se encuentra ya en una edad en la que hay más pasado que futuro, y empieza a olvidar recuerdos de su vida en Argentina. Sin embargo, una llamada telefónica lo lleva de vuelta a su país: Pichuquito, amigo de toda la vida, le da una terrible noticia.

 

Se trata de la muerte (por suicidio) de Margarita, probablemente una de las personas más importantes de su vida, con la que compartieron (ambos, Carlos y Pichuquito) miles de kilómetros de carreteras y miles de vivencias en una época en la que Carlos y Margarita formaban la más célebre pareja de baile (de tangos, por supuesto) de Argentina.

 

Carlos no tiene más remedio que volver a su tierra, para darle un amargo último adiós a la que fue su compañera de baile y, también, su más importante relación sentimental. Allí ha de empezar un viaje (literalmente, ya que “Empieza el baile” es una película de carretera) que le traerá antiguos sabores y grandes recuerdos.

 

Hay algunas películas argentinas que es imposible verlas sin una sonrisa en la boca, y “Empieza el baile” es una de ellas. La nostalgia que trae con ella, acompañada de un humor negro muy de agradecer, hacen que sea una película confortable, en la que quieres estar. A medida que nos sentimos más cómodos en la película también Carlos poco a poco se siente de nuevo en su lugar, un lugar casi olvidado ya que en Madrid lo consideran “un sudaca” y en Buenos Aires “un gallego”.

 

En ese viaje, en una destartalada furgoneta con la que recorrían hace décadas las carreteras los “magos del 2X4” y que a duras penas se aferra al funcionamiento, acompañaremos a unas viejas glorias, que esconden como pueden sus canas y las marcas de la edad que los acosan, y recorreremos doce mil kilómetros en paisajes pintorescos y panoramas exuberantes camino de Mendoza. Alguna que otra sorpresa escondida en un argumento convencional aderezado con unas excelentes interpretaciones puede que no conviertan a “Empieza el baile” en una película perfecta, pero sin duda es perfectamente disfrutable. Con una sonrisa.

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