miércoles, 25 de octubre de 2023

La ruleta de la fortuna y la fantasía

La fascinación que siento por la cultura que exporta el país nipón es difícil de explicar. En ciertos aspectos es abstracta, pero a pesar de los evidentes choques culturales (o no choques, sino tan solo diferencias) la a la vez contundente y contenida forma con la que logran expresar sentimientos me ha regalado muchas satisfacciones. Partiendo de esa premisa, he de decir que desde el primer plano de "La ruleta de la fortuna y la fantasía" supe que sería una película que me iba a gustar. Y así fue.


El cuidado al elegir los planos de Ryüsuke Hamaguchi salta a la vista, y aparte de los diálogos y la acción, pone el mimo en los diversos componentes que pueden llenar la pantalla y llamar nuestra atención (he de confesar que simplemente el observar las hojas de un árbol movidas por el viento me fascinan tanto en la vida real como en una película) de forma poderosa. "La ruleta de la fortuna y la fantasía" consta de tres historias independientes en las que los personajes no tienen relación ni tampoco usan el efecto de cruzarlos en ningún momento, aunque si ponemos empeño podemos ver puntos en común entre los tres relatos. Uno de ellos es que los personajes principales son mujeres.

En "Magia (o al menos algo reconfortante)", el primero de los relatos, vemos a dos compañeras de trabajo y, aparentemente, amigas íntimas, compartiendo un taxi nocturno camino de la casa de cada una de ellas. Durante el viaje una de ellas expresa el encuentro con un hombre, y la profundidad de la conexión que nació entre ambos (la magia), y la esperanza de que sea el comienzo de algo único.


En "Una puerta abierta de par en par" acompañamos a una mujer de mediana edad (con el amplio margen que esa expresión otorga), ama de casa y madre de una niña, que lleva un tiempo matriculada en la Universidad de Tokio. De su relación con un alumno y compañero y con un profesor que resulta galardonado con un prestigioso premio literario nace una (a priori) disparatada idea.


Por último, "Una vez más" nos trae a una mujer que decide regresar desde Tokio a su ciudad natal para acudir a un acto de conmemoración de su antiguo instituto. Su esperanza es encontrarse con una compañera a la que perdió la pista hace muchos años. A pesar de ello, esa compañera no acude. Decepcionada, se dirige a la estación de tren con la intención de regresar a Tokio y, mientras sube una escalera mecánica, cruza la mirada con una mujer que baja a su izquierda. Es ella...


Ese azar tan evidente en la última historia es uno de los muchos pilares de la narración, además del engaño y el arrepentimiento y de unos personajes perfectamente delineados (y tan imperfectos como cualquier persona) capaces o incapaces de mantener el equilibrio en los momentos más decisivos de su vida. Es evidente que es una película  que recomiendo, aunque también lo es que no a todo el mundo le gusta este tipo de cine y esta cultura tan diferente a la que suele llenar las salas de cine. 


Por cierto, la película fue estrenada el mismo año que "Drive my car", la hasta el momento más exitosa (ganó el premio Oscar a mejor Película de habla no inglesa y estuvo nominada a los de mejor director y mejor guion adaptado) película de este director al que hay que marcar de cerca. Digo más exitosa pero no sé si la mejor. Y ojalá supere a ambas en el futuro.



No hay comentarios:

Publicar un comentario