viernes, 8 de diciembre de 2023

Memories of murder

Estamos en 1986, y en la localidad surcoreana de Hwaseong, cercana a la capital Seúl, aparece el cuerpo de una mujer sin vida, víctima aparente de una brutal agresión sexual y su posterior asesinato. El revuelo que causa entre los investigadores locales y la carencia de medios para investigar el hecho hace que sea enviado un investigador desde la capital del país. 


De su observación y su aparente minuciosidad llegan a una conclusión: el crimen tiene puntos en común con otro sucedido en la misma zona con anterioridad. Además, pronto se descubre un patrón en sucesivas y posteriores agresiones que en principio no pueden evitar: es un asesino en serie que busca mujeres a las que agredir y, a medida que se suceden los crímenes, sobre las que emplear una mayor dosis de violencia.


Los clichés que envuelven a los géneros cinematográficos suelen ser empleados casi como si fuesen mandamientos. Entre los géneros más manidos y utilizados está el thriller policíaco, el de investigación de crímenes, y cada vez más con asesinos en serie que siguen un patrón. Así nos encontramos unos hechos iniciales espeluznantes, y a partir de ahí una especie de partida de ajedrez en la que el asesino va jugando con el investigador dedicado a su caso. 


A nosotros, los espectadores, se nos van ofreciendo piezas que nos hacen ir un poco por delante del atormentado detective, y la atmósfera va aumentando hasta un final en el que el clímax de la detención del criminal hace que encajen todas esas piezas como si un de un puzzle se tratase. Tan utilizada está esta fórmula que incluso hay series de televisión que llevan cientos de capítulos con una espiral de asesinos en serie que son descubiertos dos minutos antes del final del capítulo (al menos tienen la deferencia de no actuar hasta que el investigador cierra un caso, lo que les facilita las cosas). Pues bien, a pesar de que "Memories of murder" está basada en una serie de crímenes (reales) y podría encajar en ese patrón, nada más lejos de la realidad.


Porque el director (Bong Joon-ho, cuyo mayor éxito hasta el momento es la multipremiada "Parásitos") se encarga de volar los clichés y ofrecernos una lección de cine y de originalidad que, creo, tuvo mucha culpa en que el género evolucionase (imposible no relacionar por ejemplo la serie "True detective" con el tono de esta película). El surcoreano juega también con el espectador, pero usando dosis de realidad difíciles de ver en este tipo de historias (siempre me pregunté cómo era la vida diaria de los investigadores y aquí los vemos comer, cenar, emborracharse, equivocarse, quedar en ridículo...) además de un humor muy particular y que, creo, encaja en lo que podríamos llamar "humor inteligente".


¿Humor en un thriller policíaco con asesino en serie y terribles crímenes? Pues sí. Y es más, el juego con el espectador lo lleva, incluso, a hacer que nosotros mismos decidamos la próxima víctima del asesino (escena inolvidable), a convertir en inquietantemente bellas las escenas del crimen que deberían horrorizarnos y aturdirnos con un plano final que no vas a olvidar. Creo que "Memories of murder" es una excelente película (para gustos colores y yo creo que supera a "Parásitos" de largo) y también creo que su mezcla de sensaciones y emociones no dejará indiferente a nadie. Inquietantemente bella y original.

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