sábado, 28 de septiembre de 2024

La estrella azul

El género llamado biopic es, casi por definición y por experiencias pasadas, el que menos interés despierta en mí. Suelen resultarme guiones planos y monocromáticos, sin muchas sorpresas más allá de los primeros cinco minutos de metraje. "La estrella azul" es un biopic, pero no tiene nada que ver con lo que estoy diciendo. Afortunadamente.

Mauricio Aznar Muller fue un cantante, poeta y compositor zaragozano que logró una modesta fama en su ciudad (al menos hasta los 700 kilómetros que me separan de ella no llegó ese éxito) con el grupo Más birras. No quiero contar muchos más datos, ya que los conocerás en la película, si te decides a verla. Yo te aconsejo que lo hagas.

La película comienza en medio una crisis personal de Mauricio, acosado por la insatisfacción, y oprimido por una adicción a las drogas que al menos en esta película (por suerte) no está edulcorada sino que se presenta como es. En esa crisis decide dar un giro a su vida y cruzar el Atlántico para conocer las raíces del folclore argentino, y tal vez con ello encontrar sus propias raíces y las de su arte. Sí, si estás pensando que ese paso es condenarse al fracaso o al "no éxito", así es. Pero, ¿dónde está el éxito sino en ser lo que somos y lo que queremos ser?

¿Qué funciona en "La estrella azul"? El tono narrativo. La emotividad que derrocha el homenaje a esa persona por parte de su amigo. La actuación de los personajes/personas. La sensibilidad tan a flor de piel de planos y sensaciones (esa sensibilidad que crea y que también destruye). La originalidad y el talento demostrados en determinados momentos que, lejos de descolocarnos y a pesar de lo insólito de algunos planteamientos, completan la narración de una manera maravillosa. Como si fueran frases subrayadas de un guion.

Así que si quieres dejarte acompañar por Mauricio a observar el mundo (ya sea en un taburete en un pueblo perdido del interior de Argentina o en la ribera del Ebro con la Basílica del Pilar y el Puente de Piedra de fondo), un mundo en el que tiene más importancia el dibujo de una niña que un contrato discográfico, prueba a darle al Play.


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