Una vez en ella Yasumoto ha de visitar al
director, el doctor Niida (Toshiro Mifune), hombre con tanta fama de arisco y
malhumorado como de buen médico. Al acudir a la clínica pronto se da cuenta de
que, lejos de ser una visita de cortesía, se trata de un período de formación
concertado con el duro doctor que empieza el mismo día de la cita. Yasumoto
reacciona airadamente a la que entiende como encerrona, en el lado opuesto del sueño que
para él es la formación en la casa del Shogun.