domingo, 26 de septiembre de 2021

Dekalog

 

Krzysztof Kieślowski (lo confieso, no lo he escrito, es un copia-pega) fue un guionista y director de cine polaco, nacido en Varsovia en 1941 y muerto en la misma ciudad en 1996. En los últimos años de su vida estaba escribiendo un guion en tres partes para llevar a la pantalla “La divina comedia”, de Dante. 

Sin embargo, falleció sin llegar a terminar ese trabajo. Si hacemos un resumen de su filmografía, la trilogía “Tres colores” (Azul, Rojo, Blanco) seguramente venga a la mente de la mayoría de los espectadores. Con ella cosechó un buen número de premios.


Dicha trilogía se produjo en (lo podemos deducir por los colores, que coinciden con la bandera del país) Francia, donde trabajó los últimos años de su vida. Antes de ello, colaboró en la televisión polaca, con (mucho me temo) muchos menos medios. El prestigio que acumula en su carrera se debe en gran parte a una serie que dirigió y escribió para ser emitida ahí, en la cadena pública de un país que estaba viviendo los últimos años de un régimen que se estaba desvaneciendo y que se evaporó tan solo unos meses más tarde.


Y es que “El decálogo” tuvo una repercusión tal que incluso el gran Stanley Kubrick no tuvo ningún reparo en mostrar su admiración por el resultado final y por el trabajo del autor. Se trata de una serie de diez capítulos (el título es simplemente el número de capítulo del 1 al 10) en los que, en cada uno de ellos, se nos es presentado un dilema moral que se suele relacionar con cada uno de los Mandamientos de la Religión Católica. Así, al primero se le suele asignar por ejemplo (aunque el director no estaba de acuerdo) el título “Amarás a Dios sobre todas las cosas”.


Hay que decir que en común tienen los capítulos poco más que la ambientación, que es en un barrio obrero de Varsovia en unos austeros y muy definitorios bloques de edificios que sirven de nexo de unión de las historias y que, incluso, en alguna ocasión podemos llegar a verlos como protagonistas. Además, los personajes, aunque muy diferentes entre sí, comparten casi todos ellos una importante carga de culpa que no siempre son capaces de gestionar.


Cada “mandamiento” es presentado de una forma peculiar y nos producirá un dilema moral y la obligación de ir muy lejos en la psicología de los personajes y de su forma de actuar ante un problema que no tiene nada de simple. En ninguno de los mandamientos. En ninguno de los capítulos. A pesar de la escasez de medios que salta a la vista, los guiones y la forma de presentarlos son brillantes, y también a pesar de que nunca han sido doblados a nuestro idioma creo que es una obra que merece la pena ser vista, y que nos invita a pensar, en un tiempo en el que no hay mucho tiempo para ello, y que parece ser no está muy bien visto…


Tan solo me queda recomendar esta serie producida en 1.989 y que desconozco en qué plataformas se puede ver (si es que se puede) pero que yo he logrado ver entre los vídeos a los que se tiene acceso a través de la red. También señalar que en Youtube se puede ver la presentación y el posterior análisis de un criminólogo argentino (lo siento pero no recuerdo el nombre) que me parece muy aprovechable. Para mí es un placer haberla visto.

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