domingo, 26 de septiembre de 2021

Nuestra hermana pequeña

 

Sachi, Yoshino y Chika son tres hermanas japonesas que, desde que fueron abandonadas primero por su padre (por una aventura amorosa) y luego por su madre (veremos el motivo), viven en la antigua y un poco maltrecha casa de su abuela. Dicha abuela falleció ya hace unos años y ellas, en mayor o menor medida, se afanan en conservar las seculares tradiciones japonesas, que convierten en un arte las labores cotidianas.


Al recibir el aviso del fallecimiento de su padre, al que no ven desde hace 14 años, acuden respetuosamente al funeral. En la estación de tren está esperando Suzu, hija que tuvo su padre con una mujer a la que no llegaron a conocer. Suzu ha de quedarse al cuidado de la viuda de su padre, ya que su madre ha fallecido. ¿Qué sucederá?

El empeño que los artistas japoneses ponen en expresar poéticamente los aspectos más sencillos de la vida siempre me ha fascinado. En literatura y cine prácticamente se pueden tocar los sentimientos con los que se crean libros o películas. Y en cuanto al cine he de decir que lo disfruto de una manera pausada aunque profunda.

Sin embargo, también he de mencionar que me pierdo en la jungla de nombres de actores, actrices y directores. Si veo una película y miro el nombre de la persona que la dirigió no soy capaz de dilucidar si es la segunda o tercera película que veo de esa persona.

Por una vez, con “Nuestra hermana pequeña” sentí otra cosa diferente. El tono de la narración me resultó agradablemente familiar, aunque en las películas en las que creía haber reconocido el estilo no existía la permanente sonrisa que se dibujó en mis labios mientras veía el día a día de las cuatro hermanas.

En concreto se trataban de “Nadie sabe”, “De tal padre, tal hijo” y de la archipremiada “Un asunto de familia”. Las tres son fabulosas películas (las cuatro) y ayer descubrí, tonto de mí, que están dirigidas por la misma persona.

Así que ya no se me va a olvidar que Hiruzaku Koreeda es uno de mis cineastas preferidos, y por supuesto voy a visitar la filmografía a la que tenga acceso de este autor. Recordad este nombre (es posible que yo sea el único que no lo recordase) porque vale la pena.

Y viendo “Nuestra hermana pequeña”, tal vez, pases dos horas tranquilas con una sonrisa disfrutando de lo bien que se plasman las personalidades de los personajes al tiempo que flota un ambiente decididamente poético. Bellísima.

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