domingo, 26 de septiembre de 2021

Inside no. 9

 

Seguramente sería descabellado decir que un producto que lleve el sello de la BBC sea de forma inequívoca un producto de calidad. Sin embargo es la sensación que tengo, ya que cada vez que me he acercado a una de sus series he resultado satisfecho con el resultado. Así que, cuando vi alguna recomendación de esta serie que traigo hoy, sin saber mucho más que por quién estaba producida, decidí darle una oportunidad.


Y unos tres minutos después de comenzarla, fui consciente de que lo que suponía (la calidad) era real, y el guion derrochaba ingenio desde las primeras líneas. Lo que no podía suponer es que ese ingenio se iba a mantener durante seis temporadas, sin dejar atrás en ningún momento el buen hacer y el talento.

Por una vez, y sin que sirva de precedente, se puede hablar abiertamente y sin miedo de lo que te vas a encontrar en esta serie. Son capítulos de treinta minutos en los que la tensión, el humor negro (negrísimo) y tan británico como la bandera te hacen ir siguiendo un hilo muy bien trenzado en el que te sientes un perfecto detective que está casi seguro de descubrir la trama que está viendo. Y digo que te sientes, porque es mentira. No descubres la trama, porque está tan bien hecha que, por mucha atención que pongas, te verás sorprendido por un giro final inesperado (a veces humorístico, a veces macabro, a veces inquietante… pero nunca predecible).

Cuando comienza un capítulo lo único que puedes tener claro es que el número 9 va a estar presente (ya sea el número de una vivienda, una habitación de hotel, un camerino…), y que los creadores de la serie y guionistas (Reese Shearsmith y Steve Pemberton) van a protagonizarlo en mayor o menor medida, seguramente con una caracterización peculiar y demostrando un talento muy versátil. Pero tramas, protagonistas y escenarios son siempre diferentes. Y es el mayor acierto de la serie.

Se me hace difícil creer dos cosas: la primera que no conociese esta serie antes de empezarla, con la calidad que atesora y con (lo tengo claro) todas las papeletas de las que dispone para ser una serie de culto durante mucho tiempo. La otra es que, tras seis temporadas, de seis capítulos de treinta minutos cada una, no haya perdido la capacidad de sorprender al espectador con tramas nuevas y cambios de género (de la fantasía al drama pasando por la comedia o el terror, recordando a veces a Hitchcock y en ocasiones haciendo de la osadía su virtud).

Está claro que cada persona tiene sus gustos y que es imposible que un producto contente a todas las personas que lo ven, pero también es cierto que, en una época en la que estamos acostumbrados a series en las que se abusa de los clichés, en las que cuando sus personajes reciben una aceptación van a conservar ese tono durante decenas o incluso centenas de capítulos hasta que ya no dan más de sí, series como Inside no 9 (no creo que haya otra serie similar pero si la hay estaría encantado de saberlo) merecen una oportunidad. Sin duda. Merecen ser vistas. La calidad merece ser premiada, y Shearsmith y Pemberton saben muy bien cómo dotar a sus capítulos de buenas dosis de la misma.

Olvídate de la mejorable imagen promocional de la serie (da la impresión de ser la trigésimo tercera pareja de detectives en busca de un asesino en serie de este año) y sumérgete en un producto de culto, de poso, de guiones redondos y de originalidad como una de sus premisas irrenunciables. Seguro que no te deja indiferente.
O mucho me equivoco o estamos ante una serie imperecedera. 

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